sábado, 10 de octubre de 2009

Competir, un verbo socialista para los liberales argentinos

El flanco decisivo de la Ley de Medios
SOMOS UNA PESADILLA
Competir, un verbo socialista para los liberales argentinos

Por Gabriel Fernández

Ellos saben (lo que algunos funcionarios argentinos no saben): que somos mejores.

De otro modo no se entiende nada. No se entiende porqué los grupos
concentrados dicen que la nueva Ley es para "amordazar" y "limitar" a
los medios. Y no se entiende porqué el gobierno les sigue regalando la
pauta publicitaria.

Entonces, vamos hacia la verdad, concepto de larga data y hondo debate
sin solución en el periodismo: ellos saben lo mismo que nosotros.

Es antipático plantearlo así. (Bueno, es lo mío, lector. Y usted sí
que lo sabe, desde hace rato.) Sería más decoroso indicar que podemos
"hacerle fuerza" a la sabiduría y el talento de Bonelli, Magdalena,
Tenembaun, Eliaschev, Majul, Morales Solá, Grondona.

Pero sería pusilánime. Con un 99 por ciento menos de recursos,
nuestros medios son mejores, nuestros textos más atractivos, nuestros
programas más profundos y ágiles.

Fíjese nomás, y verá. Miles de compañeros dan cuenta, a lo largo y a
lo ancho del país, que la herencia de José Hernández, Rafael Barret,
Arturo Jauretche, Raul Scalabrini Ortiz, Rodolfo Walsh, Tito Paoletti,
no se ha perdido: ha logrado trasvasar épocas y adecuarse a las nuevas
tecnologías.

La esencia del capitalismo

Ahí, entonces, está la madre del borrego: uno de los grandes dilemas
que se le presentan a los monopolios mediáticos es que tendrán que
competir. Al igual que en otras actividades económicas en nuestro
país, la gran prensa sólo admite el juego del capitalismo cuando tiene
mercado cautivo. Y si no, no.

Hoy como ayer, cuando un gobierno busca imponer la libre competencia,
la posibilidad de elegir, la necesidad de ganarse al comprador, los
liberales en lugar de indicar que se trata de una iniciativa
típicamente burguesa y democrática, sostienen que estamos ante medidas
socializantes y estatalistas.

Pero bueno, vamos a ver si algo de esto que planteamos tiene asidero.
Porque si no, no. Y créame que el autoengaño no es lo nuestro.

Las medidoras miden en Capital Federal y Gran Buenos Aires a quienes
pagan para que los midan. Por tanto, hay que tener un capital
determinado para invertir en ese rubro. Los que no pagan no miden; y
si las cifras son muy intensas, pasan a figurar en el rubro "otros".

Los famosos "otros" -una evanescente imagen filosófica que daría tela
para cortar- ocupan siempre entre el tercer y el cuarto puesto en las
mediciones. Son las emisoras que llegan nítidas a una región y dan
batalla por el rating en su zona.

Como suele suceder, los otros somos nosotros.

Algo semejante, pero mucho más sesgado, ocurre en la televisión.
Varios espacios en medios estatales y las pocas excepciones que
obtienen un lugar en las pantallas privadas, son anulados de cualquier
medición. Y obtienen cero respaldo privado -lógicamente- y estatal
-paradójicamente- para desplegarse.

Es que aunque los compañeros hayan sido todo este tiempo
desfinanciados y clandestinos, llegan igual. Así que imagínese el
temor que se despliega en las gerencias de los grupos cuando una Ley
amenaza con brindar a la creación nacional y popular carta de
ciudadanía, legalidad, posibilidades, lugar.

Pues de eso se trata, en parte, este Proyecto de Ley de Servicios de
Comunicación Audiovisual: al plantear la distribución en tercios,
promueve la competencia y brinda reconocimiento republicano a las
instancias comunicacionales - culturales que se vienen desarrollando
con energía desde hace décadas.

Perón, el internauta

Quienes pensaron que con una feroz dictadura bastaba para aniquilar el
potencial creativo del pueblo argentino, estaban equivocados.

Vamos por otro lado: vale mirar internet y comprender la situación.
Este pueblo ha aprovechado como pocos la enorme dimensión de la nueva
herramienta y ha generado sitios para textos, radio, televisión, que
acaparan miles y miles de lectores, oyentes, espectadores. Todo un
éxito, jamás admitido por el suplemento de espectáculos de Clarín.

La presencia de los compañeros en la web es el inocultable dato que
habla de la indetenible potencia de la cultura nacional y popular
referenciada en las nuevas tecnologías. De ahí que, contrariamente a
lo que Fernando Puchulu afirma, las empresas se esmeren -tapando el
sol con la cola- en cerrar blogs, anular webs, jaquear listas. Todo
bicho que camina va a parar al spam.

¿Porqué? Obviamente, porque molestan. Porque restringen el mercado
cautivo; horadan el monolitismo liberal que confunde inversión social
con gasto público, desgastan la hipótesis de amigarse con el Norte y
promocionan los acuerdos con el Sur, señalan que los derechos de los
ñatos son justos... y para colmo hablan de Perón.

Porque así como en una ocasión planteamos que Jauretche estaba
metiendo baza en el Triple Play, es preciso señalar que los espacios
comunicacionales que genera nuestra gente reinsertan juvenilmente a
quien Winston Churchill y Condolezza Rice calificaron como "el
problema" de América latina. El general siemprevivo de la flor
nomeolvides.

Uno sabe que esto es tremendo para esos tipos, para Ellos. Ya no saben
por dónde entrarnos. Cuando el doctor agota su argumentación y hace
patito con Biolcatti, la mandan a reflexionar a Sarlo. Y si nadie le
da bolilla, agarran y lo hacen danzar a Tinelli. Y si nada funciona le
dicen a los de Radio Mitre: griten, no sean pecho frío.

Y mientras todo el circo sucede, miles y miles de personas se vuelcan
sobre humildes y brillantes radios y blogs que hacen cortes de manga y
hablan de la Constitución del 49 como si charlaran del partido del
otro día.

(Somos una pesadilla, porque somos mejores que ellos.)

Hay gente para todo

Y perdone lo que puede considerarse vanagloria cuando en realidad es
una línea de admiración profunda a quienes generan acciones culturales
desde las más precarias de las condiciones. Dada la situación
planteada, si nosotros no decimos estas cosas ¿quién va a admitirlas?

Volvemos: esto no significa unanimidad. Qué va. ¿O no se acuerda de la
muchachada dorada de la algarada rupestre.? Ellos tienen lo suyo: el
comerciante que hasta ayer no podía vivir sin los partidos caros de
TyC en su boliche y hoy no pone Canal 7 ni que le paguen. El taxista
-si hay taxistas nacionales y populares, que de una vez aparezcan y lo
digan, ya está bien de hacer demagogia diciendo "algunos"-. El
profesional pensante que oscila entre La Nación, Perfil y ¡Crítica!.

El periodista que, sin pertenecer a los grandes medios, dice que ahora
el fútbol "lo pagan los recursos públicos, se pierde dinero en
mantener a los clubes".

Si, hay que decirlo: ellos tienen lo suyo. Y cuentan con la onda
expansiva que esas franjas generan.

Pero así como la persecución a los periodistas del pueblo, el cierre
de los espacios compañeros, la desfinanciación de los programas
nacional populares implica un reconocimiento del adversario, esa
sensación de que estar del lado de un gobierno peronista "queda mal",
es también un modo de saber que estamos en el buen camino.

Y como consideramos estar en el buen camino, y como confiamos en el
público, lo único que decimos al respaldar este proyecto de Ley es
vamos a competir. Total, si la gente está tan dichosa con los grandes
medios existentes, y como esos medios no van a dejar de existir,
tendrá la opción de seguirlos, acunarlos, aplaudirlos.

Total, como no vamos a pagar un mango para que las medidoras nos
midan, Ellos van a seguir midiendo "a la cabeza del rating". ¿Cuál es
el problema?

La Nación, la Industria y el Trabajo

Y sin embargo, no quieren.

Porque el poder concentrado en la Argentina, con tierras, sojas y / o
medios, es rentístico, improductivo, estéril y opaco. Desde que venció
tenebrosamente a los caudillos federales hasta hoy. Toda la plata y
ninguna inversión. Ahí está la clave, lector, y por eso se oponen a la
Nueva Ley.

Y por eso nosotros, la apoyamos. Aunque tenga imperfecciones.

(Y por eso, también, respaldamos a Cristina Fernández y a Gabriel
Mariotto. Ambos comprenden la densidad histórica de esta pelea.)

Frente al walk over, emana Jauretche: -Igualá y largamos.

Qué grato poder decirlo con pruebas al canto: Ellos saben (lo que
algunos funcionarios argentinos no saben). Y por eso temen. Pero hay
que tener cuidado y batallar con energía, porque es preciso incorporar
un dato más: varios diputados y senadores oficialistas tampoco saben,
salvo excepciones. Ni sospechan de lo que estamos hablando.

Creen que un blog es un blogcito y consideran inamovible el liderazgo
de Todo Noticias. Scalabrini Ortiz es, evalúan, el apodo de una calle
bastante ancha que en realidad se llama Canning.

Lo cual también es una referencia filosófica que valdría la pena analizar.

Pero todo en su medida.

Hoy, queremo (s) la Ley de Medios.

GF/

*Presidente Asociación de Comunicadores Argentinos por Internet. Director La Señal Medios

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