jueves, 30 de julio de 2009

MUNDO SOJA (II)
Evolución del binomio Tambo-Soja o lo que no se dice en TN Agro

“Si nosotros vendemos el tambo y ahí se siembra soja, se trabajan 10 días en el año y es gente que se desarraiga, se queda sin trabajo.” (1)
La sorpresiva frase pertenece a Guillermo Giannasi, actual Director Nacional de Federación Agraria, y encierra, sin buscarlo seguramente para el autor, la parte no dicha, no confesada, no “blanqueada” por las entidades agropecuarias en la interminable lucha con el Gobierno. Sucede que la alternativa aquí revelada: cerrar el tambo para sembrar soja, no forma parte del análisis agronómico (revelado) de las entidades camperas, tal vez porque no resulta políticamente conveniente que se sepa que los tambos vienen cerrando año tras año al ser seducidos sus dueños por la alta rentabilidad sojera, ésta es la hipótesis que sostengo y que trataré de probar en lo que sigue.
La segunda cuestión, declarada por Giannasi, es no menos impactante que la primera señala que: si ahí se siembra soja se trabaja 10 días al año (!!), lo que echa luz sobre el casi inexistente laboreo necesario para llevar adelante la producción sojera, esto último, es la segunda hipótesis que intentaré develar en una próxima entrega.
Entonces vale preguntarse, por ejemplo: ¿resulta probable que el dueño de un tambo se vea tentado a dejar de producir el mismo animado por la excelente rentabilidad de la soja? ¿Es posible que un tambero acostumbrado a trabajar TODOS los días del año, en todas las condiciones climáticas imaginables, se vea tentado a trabajar tan solo 10 días sin poner en riesgo su capital? ¿Es posible que un tambero poseedor del conocimiento de un oficio de pocos se vea tentado incluso a dejar atrás su tambo por la comodidad citadina y alquilar el campo a un inversor sojero? ¿Es imaginable que, de existir un tambo funcionando en campo arrendado, deba dejar de funcionar al no poder sostener el alquiler de la tierra que siempre creció al valor de la soja? y finalmente, ¿La soja desplazó y desplaza al tambo o son las malas políticas del gobierno, o las dos cosas?
En un artículo del INTA Rafaela del año 2002 bajo el título “El País de los extremos” (2) sus autores planteaban en ese entonces:
“Hoy mas que nunca el productor lechero se enfrenta a una disyuntiva en cuanto a la decisión de mantener o abandonar la actividad.” surgía así la pregunta: “¿La agricultura es "la salida alternativa" para el productor tambero?” y la respuesta: “Debido a la mayor competitividad de la agricultura con respecto al tambo -vía mejores precios (dolarizados) de los cultivos y la sencillez operativa-, se ha incrementando en los últimos años la superficie dedicada a la misma (especialmente soja) en zonas tradicionalmente ganaderas. Esta sería la causa más importante de la reducción y desaparición de los tambos en las zonas lecheras.”
En un segundo artículo de septiembre de 2002: “El tambo versus la agricultura”, los autores se siguen preguntando si el tambo puede competir con la agricultura. Se analiza en ese momento el incremento de los alquileres (en 2002 se pagaba en Santa Fe 6 quintales de soja por hectárea, en 2008 se pagó entre 16 y 20 qq según el campo) Se preguntan: ¿Cuál debería ser el precio de la leche para igualar el Ingreso Neto de la Soja 1ª? Del trabajo surge la conclusión que no puede competir el tambo con la soja y sugiere a los tamberos una explotación mixta y optimización de los recursos del tambo.
No es mi intención juzgar la validez o no de los especialistas del INTA Rafaela, el trabajo está ahí para la discusión y el análisis, pero sí destacar que ya en el año 2002 se hablaba de las serias dificultades de los tambos, del cierre de los mismos desde fines de los años ’90, de la rentabilidad de la soja, de la sencillez de su producción, del incremento del valor de la tierra y por ende de los alquileres.
En ese año 2002, el 18 de enero, en un artículo del Diario La Nación el entonces Vicepresidente de la CRA, Mario Llambias denunciaba: "La leche líquida en góndola subió hasta $ 1,10, mientras que los productores sólo cobran entre 9 y 13 centavos" (3), es decir, de 8 a 12 veces el valor a pie de tranquera. Hoy se paga en promedio 85 centavos (75 mas 10 centavos por compensación), el precio en góndola es de 2,20 a 2,40, o sea, 2 a 3 veces el valor pagado al productor. Es interesante observar que el reclamo en ese momento de las entidades agropecuarias fue llevar a un precio mínimo de 21 centavos el litro de leche que debía pagarse al productor (4). En ese momento les resultaba tolerable y deseable la diferencia de 4 a 5 veces con el precio de góndola, y hoy la distancia de 2 veces y media la consideran injusta.
Existe un trabajo de la Dra. María Luisa Recalde: “Competencia ganadería y agricultura: tambo vs. soja” (5) en el que se analiza un realidad similar en la provincia de Córdoba: “En los últimos años a los problemas y crisis propias del sector primario productor de leche, se sumó el aumento de la competitividad de la agricultura, en especial de la producción de soja. Su precio, rendimiento y sencillez operativa, han alterado los precios relativos de tal manera que varias actividades se han visto afectadas”. “La cantidad de tambos y la producción de leche ha disminuido continuamente en los últimos dos años.” “Se concluye que el avance de la agricultura y la soja en particular, compitiendo con la producción tambera, ha tenido como resultado el cierre y “achicamiento” de los establecimientos tamberos”.
Veamos ahora, para tener un panorama más completo, cómo era la situación de los tamberos al comenzar el año 1997, en plena convertibilidad y sin soja en el horizonte. En un artículo periodístico (6) de enero se decía: “Cualquier tambero que haya pagado 73 centavos por un sachet de leche en el supermercado, seguramente se habrá preguntado mirando el precario envase: "¿Si ayer lo vendí a 18 centavos el litro, que le pudo haber pasado como para que hoy valga un 250 por ciento mas?" “Tomando el valor del sachet a lo largo de los últimos 15 años y el valor del litro de leche refrescada en el mismo período, se puede observar que la participación del productor en el precio final del sachet durante la década del ochenta se encontraba alrededor del 50% y que a partir del plan de convertibilidad la participación empieza a caer hasta llegar al 24% actual.”
Y al indagar sobre las causas, se topan con aquello que hoy reclaman como alternativa: la vigencia libre del mercado. “La pregunta que nos podemos formular es: ¿Qué participación es más "lógica", la actual o la anterior? Los economistas consultados coincidieron en decir: "la que indique el mercado". La respuesta por tan ortodoxa parece insuficiente”.
Claro, cuando el “mercado” dice lo que no conviene aparece lógicamente como insuficiente. Se analiza la participación del productor en el precio final (nosotros un 24%) y se toman como referencia, como se sigue haciendo hoy en día, a Uruguay y Nueva Zelanda. “…en ninguno de los países analizados la participación del productor en el precio final de la leche fluida es más baja que en el nuestro. El que más se nos aproxima es Uruguay con un 38%.” “Aún en el caso de Nueva Zelanda, que es el país que produce a más bajo costo, por la leche de abasto llega a pagarse al productor 30 centavos el litro.”
Volviendo a nuestros días vemos que la participación que tiene hoy el productor en el precio final es de mas del 35%, deducido de los 85 centavos promedio que se les paga y los $2,20 - 2,40 del litro de leche en góndola. Y los 22 centavos de dólar que se paga por litro en nuestro país guardan relación con los 21 centavos que se paga en Uruguay o los 20 centavos de Nueva Zelanda.
Una última referencia, si en el ’97 el litro de leche se comercializaba al público a 73 centavos, hoy con el dólar a $3,82 el precio equivalente sería: 2,79.
1) Diario Diagonales ( La Plata ) “Giannasi: Hemos retrocedido cien años”. 26/7/09, pag. 6

(2) “El País de los extremos” INTA Rafaela, Eduardo Comerón, Gustavo Schneider, Sergio Borga, Jorge Villar, Luis Romero, Martín Maciel. “El tambo versus la Agricultura ” Gustavo Schneider, Eduardo Comerón.

(3) Diario La Nación : “Destraban la cadena de pagos”. 18/01/02

(4) Diario La nación: “Piden una solución para el sector lácteo”. 31/01/02

(5) Instituto de Economía y Finanzas de la Facultad de Cs. Económicas - UNC

(6) Diario La Nación : “Reparto a la criolla”. 11/01/97


Conclusiones:
- Existe una relación íntima, estrecha e inversamente proporcional entre la lechería y la soja.
- A mayor rentabilidad sojera menor posibilidad de desarrollo lechero.
- A medida que se expandió la soja trasgénica RR (resistente al roundup) desde su aprobación en 1997 el cierre de tambos fue progresivo.
- Los tambos que mayor riesgo corren son aquellos cuyas tierras permiten buenos rindes de soja.
- Un tambo en campo arrendado es inviable, por el alto valor de la tierra (impulsado por la rentabilidad de la soja).
- La Mesa de Enlace debe sincerar que mostrador atiende, el de la soja o el del tambo, no se puede estar en la misa y en la procesión al mismo tiempo.
- Las entidades agropecuarias específicas a la lechería deben defender su sector con el coraje necesario para enfrentar los abusos de los sojeros.
- Los tambos que cerraron no necesariamente significa gente sin trabajo, bien podría ser cambio de explotación, obviamente sojera, bien podría ser rentístico al cobrar por el alquiler del campo.
- La explotación irracional de la soja alteró peligrosamente a todas las actividades agropecuarias, con la lógica del libre mercado que sustentan los empresarios sojeros y los exportadores granarios, no habrá posibilidades que algo sobreviva a la Soja RR.

Pablo Brac
La Plata

domingo, 19 de julio de 2009