viernes, 4 de febrero de 2011

En la Argentina de Peron y Evita: ...los únicos privilegiados son los niños








En la argentina de Perón y Evita, los únicos privilegiados son los niños… Esta hermosa frase se anteponía a cada una de las obras con las que aquel gobierno peronista, dignificaba a los pibes a mitad del siglo pasado. En el convencimiento que allí debía estar la simiente que devendría en un futuro de felicidad y grandeza nacional.
Y esa verdadera política hacia la niñez y la juventud, fue tan prioritaria que se le dio rango jurídico en aquella inolvidable constitución que consagraba los derechos sociales para los trabajadores.
Como era previsible, una de las primeras medidas que adopto el gobierno fusilador (cívico militar), encabezado por Aramburu y Rojas, fue anular dicha constitución mediante un bando militar. A partir de allí se comienza un largo camino de destrucción nacional, en el cual nuestros niños y jóvenes fueron uno de los sectores mas atacados por los enemigos de la Nación. A pesar de ello, la obra del gobierno peronista fue tan importante, que se necesitaron muchos años de destrucción para llegar al grado de crisis que derivo en el estallido de Diciembre de 2001.
Sin duda alguna, el flagelo del neoliberalismo, en la década del 90, con su política de destrucción del trabajo, sumado a la falta de proyectos de vida y la instalación del consumo de drogas, alcohol incluido, fue el coctel que derivo en la desarticulación familiar con la consecuente secuela de violencia y delito.
Lo paradójico de todo ello, es que los mismos responsables políticos de esa debacle, con la complicidad de bastos sectores de clase media, que pusieron su voto de confianza sistemáticamente en ese proceso, hoy se convierten en los adalides de la solución al problema que ellos mismos crearon.
Así nos encontramos con sectores del mas rancio conservadurísmo oligárquico, que con su mejor cara de yo no fui , ofrecen sus consabidas recetas de mano dura (bajar la edad de punibilidad, mas represión etc.), para los jóvenes y niños, cuando en realidad la solución no pasa por convertirnos en un Estado mas represor, que aumente la dureza de las penas, todo lo contrario debemos alentar un Estado (como viene sucediendo desde 2003), mas inclusivo, que vaya lentamente articulando a las familias con mas trabajo, mas salud, mas escuela, en fin una Nación en la que volvamos a sentir el orgullo de decir… Que los únicos privilegiados son los niños.

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