martes, 2 de diciembre de 2008

Historia, pro y contras del blanqueo del capitales

Es más, la deuda y las privatizaciones financiaron la fuga de capital de nuestro país. Paralelamente, y en similar proporción a la disminución de la inversión y de la producción, crecieron sistemáticamente la desocupación y la miseria, conformando un país rico para unos pero terriblemente pobre para una gran mayoría.Tras ese grado de destrucción de nuestra riqueza, de abaratamiento a precio vil de nuestro trabajo, de nuestra producción y de nuestros activos, surgió a partir de la crisis económica, social y política de los años 2001/2002, un país que trabaja y produce. Por supuesto no en la magnitud y en la calidad que cualquier miembro del campo popular hubiera necesitado y hubiera querido pero, desde hace más de cinco años, se generan 740.000 puestos de trabajo por año, se crece a tasa del 8,5% anual y se obtiene el suficiente superávit fiscal y comercial como para tener en regla a los acreedores y frenar corridas especulativas.La crisis financiera internacional y el blanqueo de capitales. El Estado tiene como función indelegable propender al crecimiento económico y social, razón por la que debe combinar las medidas que propicien el aumento de la inversión con medidas de redistribución del ingreso.La primera (la inversión) es imprescindible para que el país siga en la senda del crecimiento mientras que la segunda (la distribución del ingreso), forma parte del objetivo principal de un gobierno popular.Paralelamente existe otro dato: al Gobierno nacional, en el marco de la crisis financiera internacional con epicentro en los Estados Unidos, le cuesta mucho financiarse en el mercado voluntario de capitales del mundo. Sólo podría hacerlo convalidando y abonando altas tasas de interés.La crisis financiera impacta en nuestro país propiciando que los sectores más favorecidos dejen de invertir y fuguen capitales al exterior, en una magnitud tal que los analistas financieros no dudan en estimar entre no menos de 14.000 y 25.000 millones de dólares en lo que va de este año.Esto es, no se sabe a ciencia cierta cómo van a evolucionar nuestras exportaciones, tampoco se puede prever cómo serán las inversiones (y, como contrapartida, la evasión y fuga) y por ende la producción total.Es en este marco de incertidumbre que el Gobierno nacional envía al Parlamento el proyecto de ley que incluye el blanqueo de capitales. Es una medida de emergencia que se contrapone con la disciplina fiscal que este gobierno priorizó, dado que significa cobrarle una tasa irrisoria a los capitales no declarados, dejándolos a salvo de las persecuciones legales. Esto es, no es que los empresarios blanquean capitales para invertir sino que en muchos casos los van a blanquear porque los tribunales penales tributarios del país tenían información, muchos con semiplena prueba, de evasión y otros delitos fiscales.El proyecto de ley abarca simultáneamente a quienes contratan trabajadores en negro, evadieron el pago de impuestos y fugaron capitales al exterior. Si el proyecto es aprobado tal como está, se condonarán todas las multas y punitorios, incluso los casos que están en la Justicia penal.En la historia fiscal de nuestro país, desde 1890 hasta 2001, hubo 89 moratorias nacionales de distintos calibres; las dos últimas, 1992 y 2001, el ministro de economía era Domingo Cavallo. En la primera de ellas, formalizada por la Ley 24.073/92, se blanqueó la tenencia de capitales en el exterior y se condonaron las deudas impositivas principalmente de las empresas automotrices –que particularmente afectaba a la importadora Opalsen S.A., cuyo presidente era Mauricio Macri– que estaban en instancia judicial por evasión y elusión fiscal. La segunda ley de blanqueo, de 2001, fue un intento desesperado para intentar frenar la fuga de capitales desatada tras el fracaso del Plan Canje de la deuda.Moratoria y trabajo. Es cierto que esta moratoria pone énfasis en normalizar la situación laboral de más de 4.000.000 de trabajadores en negro. De modo tal que, si el empresario blanquea a los empleados, se beneficia con el perdón de deudas y multas, a lo cual se le agregan una serie de medidas. A saber:a) Por cada empresa, y para los primeros diez trabajadores que se registren, se condona la deuda de aportes previsionales, saldos impagos con el Pami, seguro de salud, fondo nacional de empleo, obra social y asignaciones familiares.b) Para los restantes empleados que registren: todos los aportes mencionados en el punto anterior serán refinanciados en 120 cuotas mensuales consecutivas a una tasa del 6% anual.c) Los empresarios también se benefician ya que por cada trabajador registrado pagarán el 50% de aporte previsional correspondiente al primer año y el 75% en el segundo año.d) Los empleados registrados, a su vez, se benefician porque se les reconoce cinco años de aportes jubilatorios.Conclusión. En síntesis, caen todas las causas judiciales de evasión tributaria y previsional para las empresas, con el objetivo de: a) Aportar fondos cash al Tesoro de la Nación, estimándose por la moratoria impositiva y previsional un ingreso anual de unos 2.300 millones de dólares, que corresponden a aproximadamente el 0,8% del PBI.b) Se procura la incorporación de trabajadores en blanco. Queda el desafío de cómo será la conducta de los actores económicos, porque los empresarios argentinos tienen el mal antecedente de saber que periódicamente se benefician con una nueva moratoria, lo que los incentiva a pensar que aprovechan la moratoria en curso y se preparan para incumplir con sus obligaciones a la expectativa de un nuevo perdón. El Gobierno deberá dar señales claras de que esta medida es por la crisis internacional pero que no está asociada a favorecer a los incumplidores y perjudicar a los que se ajustan a la ley.
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